SE APAGÓ LA ALEGRÍA DE CÁDIZ

SE APAGÓ LA ALEGRÍA DE CÁDIZ

En esta vida que es sueño, muchas veces imaginé que llegaría el día que tendría un programa de televisión en mi tierra y que alguien debía ser la que amadrinase semejante acontecimiento. En mis locos pensamientos siempre estuvo el nombre de ella. Al igual que cuando pensaba en cierto formato de televisión que aún a día de hoy me gustaría hacer, también su nombre sonaba con fuerza. Porque ¿quién podía tener más fuerza y alegría que ella?
Porque con su risa y su porte, se podían llenar quince mil platós de televisión y porque con su gracia y su voz, podíamos llenar de alegría las casas más tristes del mundo.
Pero anoche, la ilusión de ese momento en el que a través de mis sueños yo imaginé como la presentaba como madrina de mi nuevo programa de televisión se rompió en mil pedazos. Anoche fallecía a los 66 años de edad, Mariana Cornejo. Fíjate, escribir estas líneas ya se me hace raro porque a Mariana, a la que no conocí nunca personalmente, eran de las personas que solías ver por Cádiz y te hacían sentir bien por el mero hecho de verla.
Mírala, si está igual de bien que siempre. Con sus pensamientos puestos en sus actuaciones y su alegría que podría jurar no perdió hasta el último momento.  
 A Mariana yo la recordaré siempre por ese mítico anuncio que en estos días uno ha buscado en la red y la nostalgia y la tristeza se han asomado cuando lo hemos vuelto a ver. Pero ni muchísimo menos, la carrera de Mariana Cornejo se redujo a ese anuncio que tan popular la hizo. Yo también la recuerdo de vecina de aquella pensión que Los Morancos tuvieron en los inicios de Canal Sur con Charo Reina entre otros artistas.
 
Mariana siempre llevó el nombre de Cádiz allá donde iba. Sin conocerla personalmente, Mariana no tenía más cara que la que mostraba cuando la veías por la calle donde si tenía que pegar un grito a modo de carcajada lo pegaba porque en su sencillez residía el secreto de que todo Cádiz la quisiera. Atrás quedan aquellas noches de flamenco y taconeo, de luces y de guitarra, de oles y de aplausos.
Hoy Cádiz ha perdido una de sus señas de identidad en lo que al flamenco se refiere. Por eso su ciudad a la que tanto nombraba, ha ido hoy a despedirla al Centro de Flamenco de la Merced donde ha sido expuesta. DEP
 

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Manuel Devesa

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